miércoles, 28 de abril de 2010

► Y ella tenía la culpa

Mi prima desesperada me llamó el lunes para decirme que me tenía que contar algo “terrible” que le había pasado. Que quería venir a mi casa a conversar y, por supuesto, accedí. Llegó y me contó que en el pub donde trabaja, hay un tipo que la tiene muy embobada desde que llegó pero, como el tipo es un Don Juan, ella siempre ha tenido lata de acceder a sus insinuaciones, que por cierto él le hace a menudo. Tanto que la aburre. Esta vez le dijo que sí, ya no podía más, le gusta en verdad, pero en el momento del sexo mismo, el hombre sufrió un percance grave y le echó la culpa a ella. Ahora ella se sentía una estúpida.

La noche del encuentro fueron, efectivamente, al departamento de él y comenzaron a besarse excitados, ella feliz y él ansioso. Mi prima dice que pudo sentir que él tenía una erección antes de sacarse la ropa, cosa que le pareció muy normal, pero que algo extraño pasó cuando se desnudaron, porque él alargaba y alargaba la situación. Dice que por la intensidad de los besos, ella sintió, a pesar de cierta demora, que no podían más de pasión y le pidió a él que ocuparan el condón que ella tenía en la cartera. Ella misma se lo entregó, pero pasaban los minutos y nada. Ahí estaba el condón cerrado.

La espera fue un poco extensa, él le daba besos y parece que se movía con más intensidad tratando de excitarse a sí mismo. Mi prima, que tuvo una pareja estable hartos años, dice que esto llevaba una media hora y a ella le pareció muy extraño. Sobre todo la actitud de él, que parecía más interesado en autosatisfacerse que satisfacerla a ella. Hasta que él tomó el condón, por fin y se dio vuelta para ponérselo –supuso mi prima- , pero también en
esto hubo que esperar. Ella, un poco inquieta y sin entender cada uno de los retrasos, se acercó y vio que el muchacho, simplemente, no tenía erección. Nada de erección. “Blando, como si nada” –dijo ella.

Y le preguntó qué le pasaba, muy tranquilamente, pero preocupada. Sin embargo, la respuesta de él fue ingrata, le echó la culpa a ella. Dijo molesto, que esto le pasaba porque ella se había hecho mucho de rogar. Que llevaba días pidiéndole que se juntaran y ella se negaba permanentemente. La frase fue: “Es que eres tan cuática, que terminas por ponerme nervioso, así que dejemos esto hasta acá”. Mi prima se sintió pésimo, pero le dijo que estaba loco, que fuera al médico y se fue enrabiada.

Me impresionan que quienes no pueden responder con esos momentos, tienden a echarle la culpa hasta las mascotas; que no lo haces bien, que hablas mucho, que te demoraste en decirme que sí. Y me recuerda también mi “primera vez”. Mi pololo no logró tener una erección después de un año y medio de pololeo. Estábamos solos, habíamos decidido hacerlo. Todo estaba ok. Y su respuesta fue: “Es que me hiciste esperar mucho, si no hubiéramos esperado tanto, esto no hubiera pasado” ¬¬

Finalmente, mi prima dijo que iba a preguntar en el bar, a ver a cuántas chicas el Don Juan había catalogado de “cuáticas”. Porque ése parece era su argumento. Su coartada. Cada vez que no pudiera lograr una erección, la culpa era de una “mina cuática” que lo venía a poner nervioso. Pobrecito. Tal vez era una víctima de un montón de mujeres malvadas.

miércoles, 21 de abril de 2010

► El pizarrón con tiza


El pizarrón con tiza era un verdadero emblema escolar. Uno llegaba a la sala y siempre estaba allí: gigante, ocupando casi toda la pared, acompañado de un pan de tiza. Y cuando ésta era de mala calidad por lo general quedaba la crema, porque a la profesora se le terminaba partiendo en pleno proceso de escritura, generando un chirrido realmente insoportable.

Pero no todo era malo: el aroma de la tiza sí que me gustaba. Era como oler el polvo de los libros pero mucho más perfumado. Y también estaba el borrador. Y por supuesto la persona encargada del borrador, quien casi siempre era la consentida de las misses. En mi curso, la Cuca. Ella era lo suficientemente admiradora de las profesoras, como para considerarlas sus ‘almas matter’ y limpiarles todas las mañanas la pizarra, sin esperar ni siquiera a que se lo pidiesen. Era una verdadera chupamedias y todo el mundo lo sabía. De hecho mis compañeras solían molestarla por lo mismo. Le escribían toda clase de cosas terribles con tiza en la espalda como, por ejemplo, ‘Evarista Espina” y ‘Gusanita Babosita’. Pero ella jamás se vengaba. Sólo se limitaba a sonreír –mostrando sus pequeños dientecillos de ratón– y a encogerse de hombros. La Cuca era así, una mosca muerta presta a enseñar sus garras. Hasta que llegó el día en que finalmente lo hizo. Esa mañana el aire se encontraba especialmente pesado. Estaba recién llegando la primavera y entre el polvo de la tiza y el plátano oriental, la miss de matemáticas estaba muy congestionada. Primero estornudó, luego se desconcentró de su escritura en la pizarra, y por último sufrió el accidente de la uña. El fatídico accidente que le partió su mejor uña por la mitad. Casi no pudo aguantarse el dolor. No sólo dio un alarido capaz de despertar a los muertos, sino que además lanzó un rosario tan largo de garabatos que nos dejó boquiabiertas a todas. En especial a la Cuca, quien partió corriendo a la Dirección para denunciarla. Según dijo después, la decepción que le había causado su ‘alma matter’ era tan grande, que para estar más tranquila, no le quedó más remedio que acusarla.

A pesar de todo no despidieron a la miss. Pero el odio de mis compañeras contra la Cuca se recrudeció. No sólo comenzaron a escribirle cosas peores en la espalda, también le dejaban diariamente pequeños recuerdos asquerosísimos en su estuche. Una mañana era una uña de pie recién cortada; otro, una mosca muerta de cara verde. Y así, varias cosas por el estilo. Eso, hasta que un día, harta del hostigamiento, decidió dejar nuestro colegio. Nunca más la vimos y como no quedó ninguna otra voluntaria para borrar la pizarra se instauró de golpe el sistema de los castigos: si tenías mala conducta te condenaban a limpiarlo. Pero como todas estaban tan contentas con la desaparición de la Cuca, nadie chistó.

► Anticoncepción hormonal masculina!

¿Por qué son así? ¿Qué les enseñó su mamá? ¿Los hemos mal acostumbrado todas en conjunto? ¿Qué pasa con sus cabecillas infantiles?...
Por qué siempre están preparados para el sexo, para la penetración en el acto, para las caricias lujuriosas y las experiencias eróticas de todo tipo, pero -en el noventa y nueve por ciento de las penosas y complicadas ocasiones-, nunca están dispuestos para aperrar en las consecuencias que todo esto trae, o que nos trae a nosotras.

¿No lo saben? ¿No podrían llegar a entender que no todo es color de rosa? ¿No entienden que no es rico sentir náuseas y jaqueca por un medicamento que debe impedir consecuencias de un encuentro sexual protagonizado por ambos seres humanos en estado de calentura y no sólo por una mujer en estado de calentura?

Lo más probable es que no actúan de manera inteligente, discreta y útil porque no lo quieran, sino, porque en muchas ocasiones somos las mismas mujeres las que actuamos de forma culposa y machista. Es cosa de ver cómo los hombres europeos hacen sus camas, cocinan, mudan bebés y los pasean en la noche, etc. Ahí hay mamás que educaron para eso. Y no es que la mayoría de los chilenos sean pasteles, pero a esta altura de la historia no debiera haber ningún pastel.

Pienso en el comentario de una lectora que decía que los malestares y consecuencias que padecí en una horrenda y calurosa estadía en mi cama por la píldora del día después, debía asumirlos en silencio, porque eran producto de mi “irresponsabilidad”. Claramente no entiendo cuál fue la irresponsabilidad; si dejar de tomar anticonceptivos porque hormonalmente no eran compatibles; ocupar preservativos, que además de evitar embarazos previenen las Enfermedades de Transmisión Sexual; o consultar a una ginecóloga para ocupar un sistema anticonceptivo adecuado. Tal vez la irresponsabilidad para ella fue que tuve sexo.

¿Pero de mi texto se desprendió que hice el amor sola? ¿Con un fenómeno poltergeist? ¿O con un extraterrestre lagarto? Lo digo porque ese “debes asumir” es justamente lo que no me parece. El amor y el acto mismo en especial, se hacen de a dos. Entonces hasta cuándo deberemos experimentar malestares, desajustes y operaciones a nuestro cuerpo por algo que se hace de a dos. Ésa es mi humilde inquietud.

Mi amigo, mi pololo, mi todo, no es una persona mala, me adora, me quiere y hasta podría llegar creer que se está enamorando de mí, pero, ¡por Dios que nadie le enseñó a responder bien! A acompañar, a entender los procesos. Nadie le enseñó a poner el mismo énfasis y la misma intensidad que pone para hacer el amor, en apaciguar y asumir todo lo que no es tan grato. Bueno, ahora aprendió, dicen que nunca es tarde.

¡Queremos ya una anticoncepción hormonal masculina! Yo no lo paso así de mal nunca más. Es la primera y úlima vez. Queremos responsabilidades compartidas. Queremos al ciento por ciento de los hombres informados, cooperando. ¡Asuman, o vamos por la primera huelga sexual! (Aunque nos duela el alma) xD

viernes, 2 de abril de 2010

► Semana Santa



Anualmente celebramos en familia los eventos de fe relacionados a los últimos días de Jesús, en particular, su Pasión, Muerte y Resurrección.

Los días más importantes de la Semana Santa son los formados por el llamado Triduo Pascual: La introducción al Triduo el Jueves Santo y el Viernes Santo, en el que se conmemora la muerte de Cristo; Sábado Santo, en el que se conmemora a Cristo en el sepulcro, y el Domingo de Pascua de la Resurrección.


Es tradición en mi familia seguir estos días con respeto. No beber, no comer carne, no escuchar música fuerte, no decir garabatos, etc.
Lo mejor de todo es que pasamos días en familia, cosa que a veces dentro del año no hacemos mxo por varios factores.
Es agradable compartir 1 semana tan relax comiendo el tradicional pescado y empanadas de mariscos;1 semana para detenerse y pensar que tú no eres nada sin aquel poderosos hombre que en un cerrar de ojos te cambia la vida; 1 semana para reflexionar, dar gracias y pedir perdón.

Es lamentable que exista gente que pase por alto una fecha tan importante y que no crean en él y lo niegan como si nada. En fin, no todo es perfecto.


=)