miércoles, 10 de marzo de 2010

► ¿El pasado fue mejor?

Hay tanto dicho que ocupamos a diario. Dichos interesados como: “El que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija”. U otros dichos bien sabios como: “En casa de herrero, cuchillo de palo”. Y algunos que se contradicen en su naturaleza como: “No por mucho madrugar, amanece más temprano”, y “A quien madruga Dios lo ayuda”. O sea, o me levanto temprano o me duermo zeta hasta mediodía, pero pónganse de acuerdo.

Y hay dichos para todos los gustos, como uno con el que no comulgo, porque además es medio masoquista, sobre todo si lo llevamos al plano sexual. Eso de que: “Todo tiempo pasado fue mejor”. No, aléjate de mí Satanás!, porque nos hace pensar que lo bueno en nuestra cama ya pasó, y nunca más gemiremos de éxtasis a “ese” nivel.

Hubo momentos o años en que fue realmente bueno. Ciertamente sí. Pero no es bueno idealizar el pasado. Que lo pasábamos increíble; que fueron los mejores encuentros de la galaxia; que nunca volveremos a ser felices en la intimidad “como antes”.

Eso no es bueno, porque no sólo coarta la posibilidad de ser optimistas con nuestro futuro, en este caso sexual, sino porque además, no pone el énfasis en lo bueno que es aprender. Según mi parecer, la única que nos puede hacer cada vez más dichosas en este eterno examen, es la experiencia. Mientras más pasan los años, mejor lo hacemos.

La experiencia en el sexo, así como en la conformación de nuestra personalidad, es una construcción que se dio con cada una de esas pequeñas vivencias: las buenas y las malas, las que recordamos con cariño, las que no recordamos, las que queremos olvidar, las que fueron un fiasco, una vergüenza, un horror para siempre.

La experiencia sexual es un cúmulo de cada uno de esos encuentros, más o menos calientes; las miradas de deseo, los besos eróticos, sueños ardientes, conversaciones extremas y libidinosas, etc, etc, etc. Toditos en nuestro inconsciente. Y cada vez que besemos los labios del ser amado, miles de besos del pasado vendrán como angelitos celestes a nuestro cerebro y harán que lo hagamos cada vez mejor.

Entonces ¿Cómo decir que todo tiempo pasado fue mejor? o sea acaso, ¿Hace diez o cinco años lo hacíamos mejor de lo que lo hacemos ahora? Yo, personalmente, creo que no, porque como en la vida siempre hay algo que nos sorprende. Es como que mientras más lo hacemos, más descubrimos toda la inmensa cantidad de posibilidades que el sexo nos entrega y lo mucho que podemos seguir aprendiendo. Nunca es suficiente, no hay límite para el placer. No hay límite para inmensidad de nuestra imaginación.

Mientras más edad, más intensas, más precisas, más inteligentes, más amas. Por eso, no hay que mirar para atrás, ya que nos transformamos en piedra, y no piedra preciosa, sino piedra pómez. -Atroz!
Pensemos que nunca como ahora lo supimos hacer tan bien. Es ahora o nunca. Lo pasado, por muy rico que haya sido, es pisado. No a la melancolía señores =)

No hay comentarios: