viernes, 4 de diciembre de 2009

► Una nube suspendida

La imagen de una nube suspendida hace que mi imaginación vuele rodeando a lo azul celeste de un recuerdo.

Me confundo en lo absurdo de unos juegos infantiles, en el sinsentido de una risa entre lágrimas, en lo dulce de un caramelo compartido, en la complicidad de una travesura a medias.

Cuando el viento empuja a la nube suspendida, mi pensamiento salta de nuevo a mi cuerpo y la añoranza de la niña que fui se instala en la comisura de mis labios para acariciarme la sonrisa.

En el fondo siempre ha estado allí, adormilada en el fondo de mi mirada, acurrucada entre mis latidos de mujer adulta y cuando la madurez le da un respiro, ella vuela hasta la nube suspendida y espera con paciencia a que yo detenga el mundo para prestarle atención a sus juegos olvidados de naturalidad e inocencia.

Cuando necesito parar, la imagen de una nube suspendida es todo lo que me hace falta.

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