lunes, 15 de junio de 2009

► Papás, padres y "papis"

Esta semana puse fin a una amistad de años. Simplemente, la vergüenza que me hizo pasar mi ex amiga "A" no tiene perdón. Todo partió cuando acepté acompañarla a comprar un regalo.
-Es el Día del Padre -me dijo.
No tenía ganas, pero como las escenas tipo Clos de Pirque me conmueven, respondi "vamos". Ya en el mall, comprendí que el Día del Padre no es como antes. Cuadno era niña, padre habia uno solo. Generalmente correspondía al biológico, a ese que llegaba del trabajo y nos levantaba en brazos y gracias a su fuerza inmensa podríamos ver el mundo que nos esperaba afuera.
Ese era el hombre que la mamá nos presentaba como el "papá". Y el asunto no se discutía. No como ahora, que un simple test de ADN puede acabar con toda ulusión infantíl. En eso pensaba, cuando la voz de "A" me volvió a la realidad.
-Esa Virgencita de Guadalupe está linda para el padre.
-Pero tu papá es ateo -respondí.
-Es que quiero comprarle algo al padre Juan Carlos, al cura nuevo que llegó a la parroquia.
Me escandalicé. No pude evitar hacer un link con el presidente Lugo, de Paraguay, o con el padre Alberto, que cuando fue fotografiado con su mujer en una playa de Miami, alegó que debajo de su sotana vestía pantalones. Esos son los "padres", una minoría que no representa a la iglesia, pero que termina confundiendo a incautos como mi amiga "A".
Después se convencerla de que no era necesario comprar la Virgencita, partió a una tienda de iPods y artículos por el estilo.
-Pero si el tío con suerte maneja el control de la tele -le advertí. Entonces gritó riendo.
-Aquí le puedo comprar lgo al papi -y miro descaradamente al vendedor, un señor de las seis décadas.
Simplemente odio esa palabra "Papi". Me parece cargante y melosa. Sobre todo si quien la pronuncia es una mujer que hace rato no arrastra la bolsa del pan.
-¿Es que te crees la Noemi Letizia, la quinceañera que llama "papi" a Berlusconi? Además, estás viejita. Ubícate -le dije.
Lo de vieja fue una puñalada para "A". Se puso a chillar y la gente la miraba con un poco de vergüenza ajena.
Nos retiramos peleadas y sin regalo.
Asi es que este año decidí festejar a mi papá con una tarjeta de cartulina como las que hacía en el colegio, cuando las cosas eran más simples y padre había uno solo.

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